A partir del año 2006, con la inclusión de la parroquia en la ampliación de la zona amparada de la Indicación Geográfica Protegida Vino de la Tierra de Betanzos, comienza el interés por darle un enfoque a la viticultura más profesional, evolucionando desde una actividade amparada en la tradición y el autoconsumo.
Se inicia de esta manera un proceso de adquisición de derechos de plantación y de implantación de nuevos viñedos y variedades como el Blanco Legítimo que termina en el año 2018, en el que se decide crear una pequeña bodega para a comercialización de los caldos elaborados.
En la actualidad, la escasa superficie disponible (se estima un potencial máximo productivo de 5.000 botellas) no permite la dedicación exclusiva a la actividad, sino que persigue sobre todo, a través de un modesto complemento de alquileres, la recuperación de tierras agrarias que se fueron abandonando paulatinamente así como sementar el interés y la ilusión por la actividad a las generaciones venideras.
Los principales caminos comerciales empleados varían entre la hostelería local y comerciales especialistas en el sector, intentando tener presencia en foros profesionales o certamenes vitícolas.